Dos meses después de la puesta en marcha del tope de gas en el mercado eléctrico se puede decir que funciona. El instrumento creado para reducir el contagio de la escalda de precios del gas en la factura de la electricidad ha logrado contener esa alza, aunque menos de lo esperado. No obstante, ha hecho que España deje de ser uno de los países más caros.
Hoy en día, España paga un 10% menos que Alemania, un 25% menos que Francia y hasta un 33% menos que Italia.